La colección es un juego de piezas, un armario moderno, la ropa de nuestro tiempo. Al considerar cada artículo de manera individual, se puede apreciar cada conjunto como una armonía, explorando los contrastes sincrónicos de color, textura y significado esencial en cada prenda. Las yuxtaposiciones instintivas e inesperadas encienden la imaginación, inspiran emoción: los conjuntos se vuelven paradójicos, contraponiendo pragmatismo y fantasía, volúmenes diferentes, sensaciones abstractas. Evocan una libertad de expresión que es sinónimo de amor por la moda de verdad.
La Alta Costura es una búsqueda obsesiva de la perfección, aliada con la pasión por la artesanía, la fascinación por el proceso. Las joyas enroscan infinitas cintas de oro alrededor del cuerpo, desafiando la gravedad. El cuero, las pieles, las plumas exóticas se modelan a través de los tejidos y la técnica, una naturaleza inventada: los rollos de organza de seda y las lentejuelas cortadas a mano reproducen el espíritu de lo natural a través del arte del ingenio humano.
En una época obsesionada por lo artificial, lo increíble, esto es real. El Salón aporta una tangibilidad, una fisicidad sensorial a lo efímero. La creación incesante en el corazón de la Alta Costura permite cualquier posibilidad: la técnica inventa nuevas realidades, los tejidos se aligeran mágicamente, la materialidad se transforma. La contradicción es inherente a la Alta Costura: la sencillez es compleja, la espontaneidad es el resultado de un gesto cuidadosamente meditado.
Los matices, los entresijos, los verdaderos significados de la Alta Costura deben apreciarse de cerca. Los Salones Valentino de la plaza Vendôme, familiares para muchos, ricos en memoria y recuerdos, se convierten en un escenario único para esta cita: un espacio codificado de revelación íntima, de contemplación privada. En consonancia con la historia de la Alta Costura, el ambiente de estos Salones puede servir como una recontextualización fundamental, un cambio de percepción, un restablecimiento de valores y actitudes fundamentales para el presente.
Aquí el Salón no es un escenario, sino más bien un medio cultural para revalorizar la artesanía y celebrar el acto de crear. Es un lugar para dar testimonio de la belleza y, por lo tanto, para experimentar la humanidad. Es el corazón de la Alta Costura.
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