El color puede adquirir un nuevo significado: el azul, tradicionalmente femenino, no se convirtió en emblema de la masculinidad hasta el siglo pasado, cargado de expectativas y matices. Aquí el azul se libera, se replantea, haciéndose eco a su vez de nuestra transformada percepción del hombre. El azul cielo, en sí mismo emblemático del pensamiento libre, es a la vez catalizador y vehículo de este análisis del significado de ser hombre: una apertura de perspectivas, una ampliación de horizontes.

Las propuestas y preocupaciones tradicionales de la moda de hombre se traducen con una nueva identidad. Suavidad, fluidez, delicadeza y gracia: una fuerza que se encuentra en la vulnerabilidad y que cambia nuestra percepción de la definición de masculinidad en el vestir, sus connotaciones de poder y fuerza. En un mundo que ha cambiado, el hombre también debe cambiar.

Este mensaje se transmite a través de la ropa, que refleja ideologías y filosofías, creando maneras de ser. Las formas de las prendas encierran nuevos planteamientos y consideraciones: la sastrería se suaviza para crear un hombre gentil, los gestos combinan las esferas de la sastrería y la Alta Costura, los bordados y adornos cambian no sólo las superficies, sino también las identidades. La celebración de la artesanía es un reflejo de la humanidad. Figuras de la mitología se traducen en taraceas a través de la sastrería: historias de virtud y vida, de moral universal, que expresan idealismo y valores humanos atemporales. Las formas escultóricas de la técnica que Valentino llamó “Altorilievo” (Alto Relieve) se utilizan para abrir ventanas en las prendas: en los hombros de las chaquetas, rompen y subvierten un punto de énfasis de la masculinidad estereotipada.

Las propias prendas proceden de la moda masculina atemporal, arraigada en la realidad. Porque este cambio fundamental, del significado de la masculinidad, de la naturaleza del hombre, ya forma parte de nuestra realidad.

#ValentinoLeCieI2024