Me equivocaba. Completamente. Porque delante de mi - esparcidos por toda la colección - había seis prendas que venían del archivo Valentino: un vestido fresco con mangas a forma de rana, reinterpretado respecto al que había llevado Marisa Berenson, actriz y bisnieta de Elsa Schiaparelli.
Además, había algo que no me habría esperado de Valentino: un abrigo y medias con estampas animalier del 1967 llevado con un top-sujetador y un par de pantalones cortos - todos elegidos para la inolvidable Veruschka, la top model junco.
Pierpaolo es famoso por sus moodboards poéticos. A través del arte, los retratos y el catolicismo, expresa con las manos del estilista la inspiración del pasado y la forma en que evoluciona para convertirse en presente.
Pero esta vez, el trabajo era diferente porque, en lugar de estar inspirado en una historia lejana, el diseñador demostró que el propio Valentino siempre fue un adelantado a su tiempo. La colección de imágenes de hoy se fusiona con lo que vino antes.
¿Qué es lo que nos enseñan los archivos? En primer lugar, lo vanguardista que era realmente Valentino, y no solo en la elegancia por la que se le recuerda. Pero también, en una era en la que los nuevos diseñadores toman el control de las presentaciones de marca, lo cual es un regalo muy especial para hacer presente el pasado.
¿Qué significa? Si miras las fotografías de entonces y ahora, la ropa de hoy es la misma. Pero ahora están interpretados por fotógrafos diferentes y con modelos contemporáneos, y por supuesto con peinados y maquillajes muy actuales.
Pero, viendo este espectáculo por las calles de París, pensé que Pierpaolo Piccioli demostró que es posible ser a la vez atemporal y moderno.